ENTRARÁ EN VIGOR ANTES DE TERMINAR 2010
(www.cope.es) Francia retirará la ciudadanía francesa a las personas de origen extranjero que atenten contra un agente de las fuerzas del orden o un representante de la autoridad pública y que hayan sido naturalizados hace menos de diez años, ha anunciado este lunes la presidencia francesa. En la actualidad, la nacionalidad francesa puede retirarse por una condena por delitos de terrorismo y contra la seguridad del Estado
Tras una reunión sobre seguridad e inmigración encabezada por el presidente francés Nicolas Sarkozy, el Elíseo, sede de la presidencia, emitió un comunicado que enumera una serie de medidas en línea con un discurso pronunciado a fines de julio por el mandatario galo y que marcó un refuerzo de la política en materia de seguridad.
La primera medida establece la "posibilidad de retirar la nacionalidad, en un plazo de 10 años luego de haberla obtenido, a quienes (atenten) contra un representante de la autoridad pública, en particular policías y gendarmes", indica el mismo comunicado.
En la actualidad, la nacionalidad francesa puede retirarse por una condena por delitos de terrorismo y contra la seguridad del Estado.
Más de 100.000 personas obtienen cada año la nacionalidad francesa. Unos 30.000 menores nacidos en Francia de padres extranjeros pueden pedir la nacionalidad una vez cumplidos los 18 años.
En cambio, la pérdida de la nacionalidad no se aplicará a casos de poligamia como pretendía el actual ministro francés del Interior, Brice Hortefeux.
En ese caso, se reforzarán las sanciones por fraude a las prestaciones sociales, precisó el comunicado del Elíseo, sede de la presidencia francesa.
El jefe de Estado francés propuso a fines de julio en un polémico discurso en el que vinculó inmigración y delincuencia, despojar de la nacionalidad francesa a criminales de origen extranjero que atenten contra la vida de un policía, gendarme o representante de la autoridad pública.
"La nacionalidad francesa se merece. Hay que poder ser digno" de ella, había afirmado Sarkozy en el denominado "discurso de Grenoble".
Expertos en derecho, políticos y asociaciones defensoras de inmigrantes y de derechos humanos criticaron esa medida pues viola el artículo 1 de la Constitución que "garantiza la igualdad ante la ley" y porque establece categorías de nacionalidad en la República.
Otra de las decisiones adoptadas el lunes, y que será incluida en el proyecto de ley sobre inmigración que la Asamblea Nacional (cámara de Diputados) empezará a tratar el 27 de septiembre, se refiere a la "expulsión de extranjeros en situación irregular" incluidos "ciudadanos de la Unión Europea" por casos de "amenaza al orden público, ausencia duradera de medios de subsistencia o abuso al derecho de libre circulación".
La nueva ley de imigración entrará en vigor antes de fines de 2010.
El comunicado presidencial no menciona explícitamente ninguna minoría, pero se produce tras la expulsión de Francia de más de un millar de gitanos -de origen búlgaro o rumano- desde fines de julio y el desmantelamiento de decenas de campamentos considerados ilegales.
El propio Sarkozy lideró la embestida del gobierno en materia de seguridad en momentos en que su popularidad oscila en el 30% , su más bajo nivel desde que llegó al poder en 2007.
La mayoría de los dirigentes de la gobernante de la Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha) respaldaron estas medidas. Inclusive, un diputado propuso un "periodo de prueba de cinco años" para los aspirantes a obtener la ciudadanía francesa.
Otros, en cambio, como el ex primer ministro de derecha Alain Juppé se preguntaron si es "más grave matar a un policía siendo francés desde hace varias generaciones o siendo segunda generación de padres nacidos en el Magreb".
El secretario general del segundo sindicato francés (CFDT), Francois Chereque, resumió la opinión que fuera y dentro de Francia están generando las propuestas de Sarkozy. "Ponen los pelos de punta", sostuvo.